Los adjetivos también introducen complementos preposicionales (reacio a responder, pendiente de la hora, enfermo del corazón), a veces como herencia del verbo: carecer de~carente de; dividir {por~entre}~divisible {por~entre}; eximir de ~ exento de. Como en el caso de los sustantivos, no se consideran complementos de régimen los complementos subjetivos y objetivos (escaso de, sustitutivo de, estudioso de) introducidos por la preposición de, que rechazan los verbos con los que estos adjetivos se asocian ( escasear de, *sustituir de, *estudiar de).
También como en el caso de los sustantivos, solo se suelen considerar complementos de régimen los que están exigidos semánticamente por el predicado. Lo está, por ejemplo, el segmento que se subraya en una maleta apta para viajar, pero no así otros usos de adjetivo para en los que la preposición introduce un complemento adjunto de sentido final no seleccionado por el adjetivo, como en una maleta ligera para viajar cómodo.
Algunos adjetivos rechazan casi siempre la omisión de su complemento (constitutivo, acorde, ávido o propenso), mientras que otros admiten que este quede implícito. En tales casos es frecuente interpretar el complemento en sentido genérico (si se dice de alguien que es el, desleal o diferente, se suele entender ‘en relación con los demás en general’) o bien de forma anafórica, es decir, por remisión a un contexto previo en el que se ha introducido la información omitida, como en Dijo que no era partidario o en Esa calle tampoco es paralela.