Subordinadas declarativas en función de término de preposición

Las subordinadas sustantivas declarativas pueden ser término de una preposición, ya dependan de un verbo (Te expones a que te descubran; Basta con mirarla), ya de un nombre (su alusión a que los plazos no eran suficientes), de un adjetivo (un plan consistente en mejorar la distribución) o de un adverbio (antes de que te cases). En Clases de subordinadas sustantivas se señaló que el grupo preposicional resultante puede ser complemento de régimen (No te olvides de que contamos contigo) o adjunto (Trabaja para que coman sus hijos). Las subordinadas sustantivas que son término de preposición se sustituyen por los pronombres neutros ello, eso, qué: Confío en que lo atiendan bien > Confío en eso; ¿En qué confías? En esto coinciden con las de sujeto y complemento directo (Subordinadas declarativas en función de sujeto y Subordinadas declarativas en función de complemento directo) pero a diferencia de ellas no pueden omitirse, ya que los términos de preposición no pueden quedar tácitos. 

No todas las preposiciones aceptan por igual subordinadas sustantivas. En efecto, las admiten fácilmente a, con, de, en y por, mientras que raramente se construyen con ellas ante, bajo o hacia. Se atribuye esta diferencia a que el carácter locativo de sus complementos las hace incompatibles con las nociones abstractas que expresan las subordinadas sustantivas. Sin embargo, cuando los complementos de lugar se reinterpretan como situaciones, pueden estar representados por subordinadas sustantivas, como en próximo a ser operado, entre que te quedes y que te marches, encima de que te esperé, tras hablar con ella, etc. Mediante un proceso similar, se interpretan con valor final las subordinadas sustantivas introducidas por a que dependen de ciertos verbos de movimiento. 

No suelen admitir subordinadas sustantivas las preposiciones temporales (*durante que estuve allí ). El análisis de hasta que... y desde que... resulta polémico en este sentido. El término de la preposición presenta la forma de una subordinada sustantiva, pero, frente a lo que es habitual, no se sustituye por pronombres (*hasta qué, *desde eso), sino por adverbios de tiempo (hasta entonces, desde cuándo): ¿Hasta {*qué ~ cuándo} te quedarás con nosotros? El hecho de que el término de las preposiciones hasta y desde designe de forma característica un límite temporal hace pensar a algunos gramáticos que se omite en estos casos ‘el tiempo (en)’ o ‘el momento (en)’, con lo que la subordinada se acerca a las relativas sin antecedente expreso. El problema se extiende al complemento de antes y después (antes de que..., después de que...). 

Como sucede con otras categorías, cuando el grupo preposicional formado por la preposición y la subordinada sustantiva depende de un nombre, puede constituir un complemento de régimen. Es el caso del subrayado en su insistencia en que la situación es buena, que coincide con el que selecciona el verbo insistir. Sin embargo, cuando el complemento del sustantivo representa el sujeto o el objeto directo del verbo que da origen a ese sustantivo (probar algo > la prueba de algo), el verbo no selecciona la preposición, y el complemento no se considera de régimen. La preposición (siempre de en estos casos) suele considerarse una marca de función (Complementos de régimen de sustantivos y Clases de subordinadas sustantivas). No está presente en otras lenguas y se omitía a menudo en el español antiguo: E la infanta doña Vrraca, [...] ovo miedo que lo mataría, & fuese para el rey don Sancho quanto más pudo (Cid). 

La subordinada sustantiva subrayada en el hecho de que nunca hables no se interpreta como complemento argumental de hecho, sino más bien como sujeto de predicación en una estructura atributiva o apositiva. La paráfrasis a la que da lugar (‘El que nunca hables es un hecho’) asimila esta construcción en algunos aspectos a grupos nominales como el tonto de tu amigo (‘Tu amigo es un tonto’) o una maravilla de oferta (‘La oferta es una maravilla’). La estructura atributiva o apositiva es característica de los grupos nominales en los que la secuencia «de + oración subordinada sustantiva» está precedida por elementos neutros, como el artículo lo o los demostrativos esto, eso o aquello, equivalentes a ‘la información relativa a que...’, ‘el asunto de que...’, ‘el hecho de que...’, ‘la cuestión de que...’, ‘la noticia de que...’, ‘el rumor de que...’: No, lo de que no te hayan asaltado está bien (Quesada, Banana); Yo no quiero meterme en esto de que si las actas son o no auténticas (ABC Color 11/12/1996). 

Los límites entre las dos estructuras —argumental y atributiva— son escurridizos. La segunda suele rechazar la sustitución de la subordinada por un pronombre neutro (*el hecho de ello), a diferencia de la primera (la causa de ello). La primera admite, en cambio, la sustitución por demostrativos (el hecho de que nunca hables > ese hecho), a diferencia de la segunda (la causa de que nunca hables > *esa causa). No obstante existen numerosos casos de inestabilidad entre ambas. Así, el sustantivo deverbal deseo introduce un complemento argumental (el deseo de que se resuelvan los problemas) que, al contrario de lo que sería de esperar, admite la sustitución por demostrativos (> ese deseo) más claramente que por pronombres neutros (el deseo de ello). Otros sustantivos derivados (intuición, previsión, temor, etc.) dan lugar a resultados igualmente inestables. Algunos gramáticos actuales entienden que la distinción entre esas dos estructuras debe ser anulada, mientras que otros sostienen que puede mantenerse. 

Numerosos adjetivos admiten complementos de régimen (Los complementos del adjetivo y Complementos de régimen de adjetivos) formados con subordinadas sustantivas declarativas, como en temeroso de que lo descubran, seguro de que triunfará, favorable a que se tenga en cuenta la propuesta, culpable de pasar información al enemigo.

Materiales similares

Comentarios

avatar
  • Войдите: