Desde el punto de vista de su estructura, las subordinadas sustantivas se dividen en tres grupos: declarativas o enunciativas (Sé que está contento), interrogativas indirectas (Averiguaré si nos han descubierto; No recuerdo quién te llamó) y exclamativas indirectas: Es indignante cómo nos han tratado (Universal [Méx.] 20/12/2006). En las primeras se subordinan contenidos que se declaran o se enuncian. Estas oraciones están encabezadas por la conjunción que si su verbo está en forma personal. Las interrogativas indirectas se caracterizan por ir introducidas por la conjunción si (interrogativas totales) o bien por los pronombres, determinantes o adverbios interrogativos (Las oraciones interrogativas, La exclamación). La conjunción si y los interrogativos introducen oraciones que expresan opciones o alternativas. Así, en los ejemplos propuestos se evoca la alternativa de si nos han descubierto o no, o la de cuál —entre las varias posibles— pudo ser la persona que llamó. Por otro lado, las exclamativas indirectas son consideradas a veces variantes de las interrogativas indirectas. Sin embargo, se distinguen de ellas por varias características, entre otras el ir introducidas por palabras exclamativas y el ser siempre parciales.
Las enunciativas y las interrogativas indirectas pueden presentar el verbo en una forma personal, pero también en infinitivo, como en Espero aprobar las matemáticas; No sé qué hacer; No sabíamos si felicitarla. Cuando se construyen con un verbo en forma personal, esta puede ser de indicativo (Sé que está contento; No recuerdo quién te llamó; Averiguaré si nos han descubierto) o de subjuntivo (Me alegro de que regrese pronto; Depende de cuánto cueste el auto). Las exclamativas indirectas, en cambio, presentan por lo general el verbo en indicativo.
Desde el punto de vista de la función que desempeñan, las oraciones subordinadas sustantivas se asimilan a los demás segmentos nominales. Pueden, por tanto, ejercer la función de sujeto (Conviene que aproveches el tiempo; Es curioso quién lo dice), la de objeto directo (Esperamos que se reponga usted pronto; Ya veré cómo puede hacerse) y la de término de preposición. En este último caso, el grupo preposicional resultante puede complementar a un verbo (Me acuerdo de que te gustaba el teatro; Depende de quién lo dijera), a un nombre (la posibilidad de que venga, el misterio de qué llevaba), a un adjetivo (partidario de que cambien al entrenador, sorprendido de cuánto gastaba) o a ciertos adverbios (después de que amanezca, independientemente de quién lo dijera). En la mayoría de los ejemplos anteriores la preposición está regida (en el sentido de pedida o seleccionada por un núcleo), pero en algunos de ellos (la posibilidad de..., después de...) se suele considerar una marca de función, presente en unas lenguas y ausente en otras. Por otra parte, las subordinadas sustantivas pueden ser término de preposiciones no seleccionadas, como sin en Entraron en la casa sin que nadie se diera cuenta.
Se ha debatido si las subordinadas sustantivas pueden ejercer la función de complemento indirecto. Parecen hacerlo en un limitado número de construcciones formadas con los llamados verbos de apoyo (dar importancia a que..., dar tiempo a que..., prestar atención a si...) u otros asimilados a estos (conceder preferencia a que..., atribuir el problema a que...). El grupo que forman la preposición a y la subordinada suele admitir en estos casos la sustitución por el pronombre dativo le (No des importancia a que dijera eso > No le des importancia). Aun así, también es posible que la subordinada se sustituya por pronombres personales tónicos sin doblado. Esta es una característica de los complementos de régimen (No da tiempo a que reacciones > No da tiempo a ello). En ausencia de doblado o duplicación se rechazan en esta pauta los complementos indirectos: No dieron oportunidad al ministro > *No dieron oportunidad a él. Veáse Complementos indirectos duplicados.